jueves, 23 de noviembre de 2017

LA CULTURA EN EL TERRITORIO NACIONAL DEL CHACO

Los pioneros.

Escultura en madera de Juan de Dios Mena
   El despertar cultural del Chaco se inicia en la etapa territoriana cuando empieza a hacerse sentir el resultado de la labor de varias instituciones educativas como la Escuela Normal Sarmiento desde su fundación en 1910 y de la prédica periodística de los primeros órganos de importancia, como “El Colono” desde 1909, “La Voz del Chaco” desde 1914, el diario “El Territorio” en 1919 y la revista “Estampa Chaqueña” desde 1929, entre otras publicaciones. Allí comienzan a manifestar sus inquietudes intelectuales y artísticas los primeros escritores, ensayistas, poetas y novelistas, y los primeros artistas plásticos de la región. Estos pioneros de la historia cultural del Chaco en los inicios de su vida territorial tuvieron el mérito de sacudir la modorra lugareña y  despertar a sus habitantes a la experiencia de las realizaciones espirituales y enseñarles a valorar la propia gesta que estaban protagonizando, en su lucha cotidiana por arrancar a la tierra sus riquezas y a entender el lenguaje de la naturaleza agreste que los rodeaba.

 Primeras instituciones y actores culturales

   En estos años que precedieron a la década del 30, también surgieron las primeras instituciones o  ámbitos donde se representaron las primeras obras teatrales, y los pintores y dibujantes pudieron exponer al público sus obras.  Tales fueron el “Teatro Edén”, el cual funcionó en el patio del Hotel “Europa” y el bar “Olimpo” anexo al teatro homónimo, el cual ya en la década del 20 cobijó las tertulias de un grupo de inquietas personalidades que buscara, en las vías del arte y la literatura, un vehículo para sus expresiones espirituales. Entre los que allí se congregaban se contaban José Mayor, quien bajo el seudónimo de “Saporiti” publicaba sus dibujos humorísticos y sus caricaturas; Juan de Dios Mena, quien procedente de la Pvcia. de Santa Fe llegó al Chaco en esos años se expresaba poéticamente y también a través de sus tallas que retrataban a personajes típicos de nuestra región; Crisanto Domínguez, escultor y tallista oriundo de Las Palmas, quien también en años posteriores incursionó en la literatura regional con sus obras: “Rebelión en la Selva” y “Tanino”, ambas de fuerte contenido social; Juan Ramón Lestani, descendiente de los primeros inmigrantes, inquieto y polémico analista de la realidad local, autor de algunas obras emblemáticas de este período, como “El Territorio Nacional del Chaco. Oro y miseria”, “Por los caminos del Chaco” y “Unidad y conciencia”, entre otras. Allí volcó sus convicciones políticas y sociales y expuso las carencias de una sociedad que crecía sin atender a aquellos valores espirituales que debían ser fundamentales en la formación del hombre chaqueño.
     Hacia 1933 arriban al Chaco un grupo de profesionales desde la Capital Federal quienes se incorporan como funcionarios y técnicos  de la administración territorial de José C. Castells, a quienes se agregan otros atraídos por las perspectivas que comenzaba a ofrecer el Territorio para el progreso personal. Así se dieron las condiciones para el surgimiento de nuevas entidades culturales, como la Sociedad Científica del Gran Chaco, constituida en 1936, y en cuyo seno se destacaron los Doctores Alberto Torres, Julio Olazábal y Cecilio Romaña, el entomólogo Pedro Denier, el veterinario Luis Marpegán, y el Dr. Julián Acosta entre otros. Les correspondió a estos inquietos estudiosos la misión de dar vida a las primeras conferencias científicas del territorio, sobre temas de nuestra región.

                                                                      La “Peña de los bagres”

"Autorretrato" Óleo de Alfredo P'rtile. Destacado
plástico chaqueño
      Casi simultáneamente con esta institución surgió en torno a la eficaz convocatoria del Dr. Alberto Torres la “Peña de los Bagres”, informal tertulia de poetas, escritores, pintores, escultores, cantantes, músicos y médicos, que se reunía en el Restorán “Chanta Cuatro”, ubicado en la intersección de las actuales calles Perón y Dónovan. Allí se polemizaba sobre las corrientes literarias o artísticas en boga, se recitaban poemas, se leían cuentos o fragmentos de novelas, o se invitaba a participar a figuras de la cultura de relieve nacional. En torno a las mesas de esta singular cofradía se reunían, aparte de su mentor Torres, el Dr. Cecilio Romaña y otros colegas de la Sociedad Científica, el tallista y poeta Juan de Dios Mena, el pintor Alfredo Pértile, el escultor Crisanto Domínguez, los escritores Gaspar L. Benavento y Juan Ramón Lestani y muchos otros que se destacaban en el ambiente intelectual y artístico de Resistenci


El Ateneo del Chaco.
     Pero esta peña, que no tuvo nunca una existencia formal, pero sí muy real y ruidosa, alentó y dio vida a otras expresiones del mundo artístico e intelectual del ámbito resistenciano, como lo fue la constitución del Ateneo del Chaco en 1938, cuya idea matriz surgió precisamente entre los contertulios de la Peña de los Bagres. La Comisión provisoria de esta institución estuvo a cargo del escritor Horacio Rivero Sosa y en su primer acto público el 15 de Octubre de 1938 el Dr. Alberto Torres fundamentó su creación con estos conceptos que aún hoy conservan su plena vigencia: “…el Ateneo del Chaco se presenta a ocupar un terreno baldío y se lanza a la búsqueda del paisaje chaqueño, dividido en dos grandes secciones: una de artes y otra de ciencias, con valores positivos como supervisores en cada una de ellas (…) Para que `Hacer Chaco` no sea la expresión de un acto fenicio o de una intención sin contenido, será indispensable que se busque la manera de sostener a los artistas y a los hombres de ciencia, los únicos que ensanchan el horizonte, le dan contenido, lo pueblan de héroes, de leyendas, de santos.”
      También bajo el influjo del impulso dado por el Ateneo a las distintas manifestaciones culturales y por obra de personalidades salidas de su seno, surgieron otras entidades culturales, entre las cuales se cuenta nuestra institución: la filial Chaco de la Sociedad Argentina de Escritores, surgida por iniciativa de Horacio Rivero Sosa, Juan Ramón Lestani, Juan de Dios Mena y Gaspar L. Benavento en el año 1942.
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"Tanino"y "Rebelión en la Selva", obras de Crisanto
Domínguez




El Fogón de los Arrieros y otras entidades culturales.
         Casi como una continuidad de las reuniones de la Peña de los Bagres surgió en 1944 el Fogón de los Arrieros, cuando las tertulias del Chanta Cuatro se mudaron al domicilio de Aldo Boglietti en la calle Brown casi Pellegrini. En ese lugar de se dio cita un variado grupo de intelectuales, artistas y bohemios, que encontraban allí un ámbito informal para exponer sus ideas u ocurrencias. El Fogón fue la referencia obligada de todos los artistas, intelectuales y científicos que arribaban al Chaco y que a su partida dejaban algún recuerdo de su paso por la institución: un objeto de su propiedad, un cuadro, una foto, un poema, etc. Formándose con el tiempo un singular “museo” que se exhibe en sus instalaciones.
El Fogón de los Arrieros una de las principales
instituciones culturales de Resistencia
        Así se gestó y se nutrió una parte importante de la vida cultural del Chaco, alimentada también de manera sustancial en esos años del Territorio Nacional del Chaco por las instituciones educativas más destacadas, como lo fueron la Escuela Normal, el Colegio Nacional y la Universidad Popular. La  labor de difusión de las expresiones autóctonas estuvo a cargo de la Peña Nativa Martín Fierro, que impulsó la formación de conjuntos musicales y de danzas folklóricas de gran prestigio en todo el país. La tarea formativa de la Iglesia Católica mediante sus principales instituciones educadoras se extendió a todos los  puntos principales del territorio chaqueño. La Iglesia realizó un importante aporte a nuestra cultura cuando dio vida a los “Cursos de Cultura Católica” impulsados por el Obispo Monseñor Nicolás de Carlo, que congregó a numerosos inscriptos y constituyeron los primeros estudios superiores en el Chaco. También debemos destacar los estudios pioneros de historia  y arqueología regional a cargo de Monseñor José Alumni, realizados también con el patrocinio de Monseñor de Carlo.

BIBLIOGRAFÍA.

ALTAMIRANO, M., SBARDELLA, C. Y DELLAMEA DE PRIETO, A. Historia del          
      Chaco. Resistencia, 2ª. Edic. Resistencia, Cosmos, 1994.
GÓMEZ LESTANI, Eduardo. Perfil cultural del Chaco y Formosa. Diccionario
      Enciclopédico Regional. Buenos Aires, Creditorial Universitaria, 1979.
LEONI DE ROSCIANI, María Silvia. La conformación del campo cultural chaqueño.
      Corrientes, 2008.
MIRANDA, Guido. Fulgor del Desierto Verde. (1925-1947). Resistencia, Región, 1985.

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