jueves, 23 de octubre de 2014

CREACIÓN DE LA GOBERNACIÓN DEL CHACO

Conferencia pronunciada el 9 de Octubre de 2014 en la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia de Resistencia, en el marco de las Jornadas de Historia en homenaje al 130 Aniversario de la Creación del Territorio Nacional del Chaco, organizada por la Junta de Estudios Históricos del Chaco.


El Tratado de la Triple Alianza
   La Guerra del Paraguay o Guerra de la Triple Alianza, que enfrentó a la República Argentina, El Imperio del Brasil y la República del Uruguay, aliadas contra la República del Paraguay se desarrolló entre 1865 y 1870.  El Paraguay era en 1865 un serio escollo para la penetración económica británica y al expansionismo brasileño sobre las fértiles comarcas del Plata, por su tradicional política económica estatal contraria al libre cambio y favorable al desarrollo industrial, además de su política armamentista volcada a respaldar su doctrina de el "equilibrio de las potencias de la región".
    El tratado de alianza entre aquellos países firmado el 1ro. de Mayo de 1865,   fijaba de antemano los límites de la ocupación territorial por los aliados, aunque garantizaba la integridad territorial y la independencia del Paraguay. Los límites con Argentina quedaban establecidos en los Río Paraguay y Paraná, abarcando los territorios del Chaco Boreal y Central, hasta encontrarse con los límites del Imperio del Brasil en el alto Paraguay a la altura de la Bahía Negra. Brasíl se adjudicaba una vasta región en el Noreste del territorio paraguayo incluyendo la región del Guairá.
    En la Argentina, gobernaba el Gral. Bartolomé Mitre, en Brasil reinaba el Emperador Pedro II y en Uruguay el Gral. Venancio Flores. La guerra continuó durante la Presidencia de Domingo Faustino Sarmiento hasta 1870.

Gral. Julio de Vedia. Primer Gober-
nador de los Territorios del
Chaco
Derrota del Paraguay y Gobierno Provisional.
 Esta guerra fue impopular en Argentina e importantes sectores del país se oponían a ella, especialmente en las provincias, donde ocurrieron distintos levantamientos federales, como el de Felipe Varela que envolvió a varias provincias del centro y norte argentino. Además destacados políticos e intelectuales se opusieron a ella, como Juan Bautista Alberdi, José y Rafael Hernández, Miguel Cané, Carlos Guido Spano, Miguel Navarro Viola, entre otros. En las postrimerías de esta larga contienda, el Paraguay se hallaba derrotado y su presidente el Mariscal Francisco Solano López se encontraba acorralado con los últimos restos de su ejército en el noreste del territorio Paraguayo.
   A fines de 1869 fuerzas brasileñas y argentinas ocuparon Asunción, y de inmediato se instaló un Gobierno Provisional integrado por Carlos Loizaga, José Díaz de Bedoya y Cirilo Rivarola, sujeto a la fuerte influencia del Brasil, a través de su Ministro Plenipotenciario José María de Silva Paranhos, Vizconde de Río Branco. En la Argentina, su Presidente Domingo Faustino Sarmiento había sido partidario de la guerra y del derrocamiento de Solano López, pues sostenía que éste se oponía al progreso humano colocando una cadena al Río Paraguay.

Ocupación de Villa Occidental.
Plano de Villa Occidental. Esta localidad fue el asiento de
las autoridades de la Gobernación del Chaco

   La Cancillería brasileña no tardó en urdir una intriga por intermedio de su representante en Asunción a fin de que las nuevas autoridades paraguayas desconocieran los derechos argentinos sobre el Chaco. El jefe de las tropas argentinas Gral. Emilio Mitre había otorgado licencias para explotar los bosques a varios obrajeros que se encontraban en los alrededores de Villa Occidental, población situada en la margen derecha del Río Paraguay un poco más al Norte de Asunción. El gobierno guaraní resolvió exigir el pago de derechos de explotación forestal a los empresarios instalados allí. Un empresario de origen norteamericano de apellido Hawkins se negó a ello alegando que se encontraba en jurisdicción argentina, de acuerdo con el tratado de Alianza. Acto seguido pidió amparo al Gral. Emilio Mitre, quien de inmediato envió un contingente de tropas que ocupó la Villa Occidental el día 20 de Noviembre de 1869, alegando que las autoridades paraguayas no tenían jurisdicción en ese punto.
     El gobierno de Asunción protestó ante su similar argentino reafirmando su derecho de ejercer su jurisdicción sobre ese sector del Chaco Boreal reivindicando la posesión de Villa Ocidental.


La victoria no da derechos.
    Al llegar la reclamación paraguaya a Buenos Aires en el país se vivía un clima adverso al conflicto. Hasta dentro del propio gobierno de Sarmiento las opiniones se hallaban divididas con respecto a las consecuencias de esa guerra. Se acusaba al Gobierno de atarse al carro imperial del Brasil y se evaluaba negativamente el alto costo en vidas y en gastos traducidos en empréstitos onerosos. También era desfavorable la opinión de los países americanos, que condenaban la alianza.
Ataque de fuerzas paraguayas a la Isla del Cerrito durante
la Guerra del Paraguay. Óleo de autor anónimo existente
en el Museo Histórico Nacional
      Ante esta situación el Canciller argentino Mariano Varela, que pertenecía al Partido Autonomista, decidió asestar un golpe diplomático al Brasil y fortalecer nuestra posición internacional. En su respuesta al gobierno paraguayo enunció la conocida doctrina de que: "La victoria no da derechos a las naciones aliadas para declarar por sí los límites que el tratado señaló", expresando que: "Cree mi gobierno, hoy como entonces, que los límites deben ser discutidos con el Gobierno que se establezca en el Paraguay."y que los límites resultarán de los tratados que se celebren después que cada parte exhiba sus títulos que apoyan sus derechos.
       Esta posición del gobierno argentino descolocó al Brasil en sus pretensiones territoriales ante la opinión pública americana, y también perjudicó políticamente a Bartolomé Mitre por ser uno de los mentores del tratado de alianza. Era imperioso para el Imperio lograr que Argentina diese marcha atrás en esta política.



Abandono de la doctrina Varela.
El Gran Chaco. Área territorial que
abarcaba la Primera Gobernación
 del Chaco

      El Vizconde de Río Branco viajó presuroso a Buenos Aires para hacer variar la posición contraria al cumplimiento estricto del Tratado que exhibía la doctrina Varela. Entrevistó a Sarmiento y logró que se dejase de lado esta doctrina y se sostuviese el cumplimiento del Tratado de Alianza. En estas gestiones Río Branco estuvo apoyado por la prédica de Mitre quien desde su diario El Nacional criticaba duramente esa doctrina y exigía la ejecución del tratado, expresando que si la victoria no daba derechos la guerra no habría tenido razón de ser.
      Para reafirmar esta actitud, Sarmiento reemplazó en la Cancillería a Mariano Varela por Carlos Tejedor, y dio instrucciones al Gral. Julio de Vedia de comunicar al gobierno paraguayo sobre la voluntad argentina de cumplir el tratado de alianza.
       Por su parte, Río Branco presentó un memorándum a los gobiernos aliados instándoles a cumplir con el tratado respecto a las cuestiones limítrofes y aceptó el pedido argentino de aguardar el establecimiento de un gobierno constitucional para iniciar las negociaciones.




Predominio diplomático del Brasil
Campamento Aliado en Tuyutí durante la Guerra de la Triple
Alianza. Óleo de Cándido López
     La diplomacia brasileña había conseguido que Argentina renunciase a la Doctrina Varela y que se involucrase en el reparto territorial de acuerdo con el Tratado de la Alianza. Ahora faltaba ejecutar el tratado en su exclusivo beneficio y respaldar al gobierno paraguayo en su disputa con la Argentina sobre la posesión del Chaco. Instalado el nuevo gobierno paraguayo presidido por Cirilo Rivarola -requisito exigido por el gobierno argentino-, Río Branco firmó dos protocolos para que dicho gobierno, que estaba bajo su influencia, firmase con el Imperio un tratado de límites en forma exclusiva, sin tener en cuenta a la Argentina.
     En Buenos Aires, Carlos Tejedor -reemplazante de Mariano Varela en el Ministerio de Relaciones Exteriores- designó a Manuel Quintana representante argentino para las negociaciones de límites con el Paraguay. Quintana desconocía los antecedentes y títulos argentinos sobre el Chaco y su desempeño diplomático fue muy deficiente. Brasil, por su parte, reemplazó a Río Branco por Joao Mauricio Wenderley, Barón de Cotegipe, un hábil defensor de los intereses del Imperio. Al llegar Quintana a Asunción, en octubre de 1871, pudo comprobar que el Brasil dominaba la política en Asunción mediante un eficiente servicio de inteligencia y una fuerte ocupación militar. Además había logrado crear un clima claramente adverso a las pretensiones argentinas sobre el Chaco.


El tratado brasileño - paraguayo.
   Las negociaciones diplomáticas entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se iniciaron en Asunción el 3 de Noviembre de 1871. El Barón de Cotegipe anunció de inmediato, con apoyo de los representantes paraguayos, que primero debían tratar los derechos brasileños por "ofrecer inconvenientes" los títulos argentinos. Manuel Quintana no pudo conseguir que sean reconocidos los derechos argentinos por los aliados, en consecuencia optó por retirarse y regresar a Buenos Aires, dejando el campo libre al diplomático brasileño, pero desconociendo cualquier tratativa aislada que se realizara.
    Cotegipe comunicó entonces al gobierno paraguayo que Brasil defendería con las armas al Paraguay contra cualquier pretensión argentina de apoderarse del territorio del Chaco. Después formalizó el Tratado Cotegipe - Loizaga, por el cual el Imperio del Brasil se anexó extensos territorios situados al Noreste del Paraguay, aseguró el derechos de mantener fuerzas de ocupación por cinco años y el cobro de una crecida indemnización de guerra.

Presidente Domingo F. Sarmiento quien
decretó la creación de la Gobernación
 del Chaco en 1872.

Nace la Gobernación del Chaco.
     La firma de este tratado entre Brasil y el Paraguay, marginando a la Argentina, causó profunda conmoción en nuestro país. Ante esta victoria diplomática brasileña y la convicción de haber sido instrumento de la política imperialista del Brasil, con numerosos muertos y heridos en los campos de batalla y empréstitos británicos onerosos, creció la frustración argentina. Surgieron acusaciones contra Sarmiento, Mitre  y Tejedor y se habló de una Santa Alianza republicana contra el imperio esclavista. El propio Sarmiento temió una guerra con el Brasil y la anexión por el Imperio de la Mesopotamia y el Uruguay.
      Ante este clima de rechazo y decepción por el fracaso diplomático de su gobierno, ante la necesidad de asegurar los derechos argentinos sobre el Chaco y de recuperar el prestigio perdido, el Presidente Sarmiento, en acuerdo de ministros, dictó el Decreto del 31 de Enero de 1872 por el cual se creó la Gobernación de los Territorios del Chaco y nombrando Gobernador al General. Julio De Vedia, Jefe de las tropas argentinas destacadas en el Paraguay. Este decreto fijaba la residencia de las nuevas autoridades en Villa Occidental, establecía su jurisdicción administrativa, facultaba al Gobernador a llamar a elecciones municipales y a proponer la construcción de edificios públicos. El territorio abarcado por la nueva gobernación era el que fijaba el Tratado de Alianza e incluía el Chaco Boreal, Central y Austral. Simultáneamente el gobierno argentino reclamó la desocupación de la Isla del Cerrito por el Brasil, que tenía su base allí desde 1866.
Bernardo de Irigoyen. Diplomático argentino
firmante del Tratado argentino-paraguayo
de 1876.
       Aunque esta medida no se ajustaba al precepto constitucional que establecía la facultad exclusiva del Congreso para crear y organizar los territorios nacionales, la tirante situación internacional y la inminente reapertura de las negociaciones de límites con el Paraguay, determinó que ambas Cámaras legislativas ratificaran la medida por Ley Nro. 576 del 12 de Octubre.

Primera organización legal.
    La ley 576 tenía el carácter de provisoria hasta que se dictase la Ley Gral. sobre el Gobierno y Administración de los Territorios Nacionales. Según esta ley el nuevo territorio era regido por un Gobernador designado por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado. Estaba acompañado por un Secretario General y debía atender la administración, fomento, seguridad y colonización de su jurisdicción. Era Jefe de la Gendarmería y de la Guardia Nacional, por lo que tenía a su cargo el orden y la seguridad de la Gobernación. Dependía y debía responder por su desempeño ante al Ministerio del Interior. También establecía el funcionamiento de los Jueces de Paz y de las Comisiones Municipales, que debían ser elegidos cada año por los vecinos en las localidades superiores a mil habitantes.

     Las tierras eran divididas en solares, quintas y chacras, las que eran entregadas a cada habitante jefe de familia  mayor de 22 años, con el fin de poblarlas y cultivarlas. A los tres años de trabajarla recibía los títulos definitivos.




Significado histórico de esta creación.
      El Chaco nació como Gobernación sin contar con límites precisos: sus confines eran, por el Este los ríos Paraná y paraguay; por el Sur, el Arroyo del Rey y el Río Salado; por el Oeste las jurisdicciones de las provincias de Santiago y Salta, que no estaban delimitadas; por el Norte, los límites serían los que fijasen los tratados con el Paraguay.
      La instalación del Gobierno en Villa Occidental se realizó el día 19 de Febrero de 1872 y el Gral. Vedia estuvo en el cargo hasta fines de Enero de 1875, cuando fue reemplazado por el Coronel Napoleón Uriburu. Villa Occidental fue capital de los Territorios del Chaco durante siete años, con una interrupción de varios meses en los que la sede gubernamental se trasladó a la Isla del Cerrito.
Laudo arbitral del Presidente de los
Estados Unidos Rutherford Hayes
que adjudicó al Paraguay  Villa
Occidental y su territorio adyacente
     El Tratado Argentino - Paraguayo del 3 de Febrero 1876 firmado entre Bernardo de Irigoyen por la Argentina y Facundo Machain por el Paraguay, fija los límites entre ambos países en el Río Pilcomayo, reconociendo la jurisdicción paraguaya en el Chaco boreal. La Villa Occidental y su territorio adyacente hasta el Río Verde fueron sometidos al arbitraje del Presidente Norteamericano Rutherford Hayes, quien el 12 de Noviembre de 1878 falló a favor del Paraguay, quedando el río Pilcomayo como límite definitivo entre ambos países.
   El Gobierno Argentino respetó este fallo, por lo cual se hizo solemne entrega de la Villa Occidental al Paraguay el 14 de Mayo de 1879, ceremonia que estuvo a cargo del Comandante Jorge Luis Fontana, quien en ese momento era el Gobernador Interino del Chaco.
   Pero la creación de la Gobernación del Chaco quedó firme como la primera que tuvo el país en su etapa constitucional. La legislación que le dio origen sirvió de antecedente para la creación de las otras gobernaciones que se fueron incorporando a la realidad geopolítica a institucional de la Nación. Esta creación y la ley 686 que creó la Jefatura Política del Chaco en 1874, permitieron el comienzo de la colonización con la llegada de las diversas corrientes inmigratorias a nuestro territorio.

BIBLIOGRAFÍA

- ALTAMIRANO, M., SBARDELLA, C., Y DELLAMEA DE PRIETO, A. Historia del Chaco. 2a. edic. Buenos Aires, Cosmos, 1994.
- AMARILLA FRETES, Eduardo. El Paraguay en el primer cincuentenario del Laudo Hayes. Asunción, Imprenta nacional, 1932.
- ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Legajos Ministerio del Interior. Años 1870-1872.
- CÁRCANO, Ramón J. La Guerra del Paraguay. Acción y reacción de la Triple Alianza.  T.II., Buenos Aires, Domingo Viau y Cia., 1941.
- CALLET BOIS, Ricardo R. Cuestiones internacionales. EUDEBA, Buenos Aires, 1970.
- LÓPEZ PIACENTINI, Carlos. Historia del Chaco, T. II, Buenos Aires, Chimán, 1969.
- MAEDER, Ernesto J. Historia del Chaco. Buenos Aires, Plus Ultra, 1996.
- MARZANO, Luis Antonio. Soberanía Territorial Argentina. Buenos Aires, Depalma, 1978.
- MEMORIAS E INFORMES DE LA GOBERNACIÓN DEL CHACO. (1872-1884) Resistencia, UNNE, 1977.
- PELHAM, Horton Box. Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. Asunción, La Colmena, 1936.
- REY BALMACEDA, Raúl. Límites y fronteras de la Argentina. Buenos Aires, Oikos, 1979.
- ROSA, José María. Historia Argentina, T. VII. Buenos Aires, Oriente, 1969.
- ______________La Guerra del Paraguay y las montoneras argentinas. Buenos Aires, Punto de Encuentro, 2008.
- SBARDELLA, C. Y ALTAMIRANO, M. Villa Occidental, primera capital de los Territorios del Chaco. Congreso Nacional y regioal de la Historia Argentina. Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1997.
- TISSERA, Ramón. Chaco. Historia General. Resecretaría Resistencia, Subsecretaría de Cultura de la Provincia del Chaco - Librería de La paz, 2008.
















viernes, 10 de octubre de 2014

UN CUADRO HISTÓRICO DE LA ISLA DEL CERRITO

Fuerzas paraguayas atacan la Isla del Cerrito durante la Guerra
de la Triple Alianza. Cuadro de autor anónimo existente en  el
Museo Histórico Nacional
Guerra de la Triple Alianza
Entre 1865 y 1870 se produjo la terrible contienda conocida como Guerra de la Triple Alianza, en la que se enfrentaron Argentina, Brasil y Uruguay aliados contra la República del Paraguay presidida por Francisco Solano López. Este conflicto fraticida que terminó con la casi total destrucción del Paraguay y la muerte de su caudillo Solano López, y que costó miles de vidas entre las fuerzas beligerantes, fue considerado como una de las “guerras antiamericanas” que sacudieron en esos años a nuestro continente, por la conjunción de intereses foráneos que las promovieron en perjuicio de la independencia y del desarrollo de nuestros países.



Ocupación de la Isla del Cerrito por el Brasil.
   La contienda se inició para nuestro país cuando el gobierno paraguayo invadió con sus tropas la Provincia de Corrientes, ante la negativa del gobierno argentino presidido por Bartolomé Mitre de permitir el paso de sus tropas para auxiliar al Uruguay que se encontraba afrontando un levantamiento apoyado por el Imperio del Brasil. Este hecho se produjo en abril de 1865, pero la ocupación del territorio argentino sólo pudo sostenerse hasta octubre de ese año, fecha en que Solano López  ordenó la retirada de su ejército ante los contrastes sufridos en el combate naval de El Riachuelo, la batalla de Yatay y la rendición de sus tropas en Uruguayana.
    Esto permitió a los aliados pasar a la ofensiva y preparar la invasión del territorio paraguayo desde Paso de la Patria (Corrientes), entre los meses de marzo y abril de 1866, mientras el grueso del ejército paraguayo se atrincheraba en la fortaleza de Itapirú. Como parte de esta ofensiva el gobierno del Brasil resolvió la ocupación de la Isla del Cerrito para convertirla en una base de operaciones, lugar de concentración de efectivos, arsenal y hospital de campaña. Aunque Jorge Luis Fontana sostuvo años después que la ocupación se completó en el mes de mayo, ésta debió estar operativa antes del cruce del ejército aliado por el Paraná en el mes de abril, para proteger con sus baterías esta riesgosa y complicada operación.
Campamento aliado durante la Guerra de la Triple Alianza
Óleo de Cándido López
     Como antecedentes de esta ocupación, recordemos que la Isla del Cerrito había estado poblada por obrajeros procedentes de Corrientes hacía muchos años, había sido objeto de dos ocupaciones temporarias por el Paraguay en 1844 y en 1847, durante el gobierno de Rosas, y de tratativas diplomáticas entre el Gobierno de la Confederación Argentina y el Paraguay durante la Presidencia de Urquiza entre 1852 y 1856.


Ataque al Cerrito e intento de desembarco.
    Hasta hoy se sabía que el Mariscal López, al tanto de la ocupación brasileña de la Isla, hizo emplazar varias piezas de artillería de grueso calibre sobre la margen izquierda del río Paraguay frente al Cerrito. Desde allí se efectuó un nutrido cañoneo contra las posiciones aliadas, causando varias bajas entre los defensores. Pero ahora sabemos que también se produjo en esos mismos días o tal vez en simultáneo con la acción de la artillería, un intento de desembarco de tropas de asalto paraguayas con la intención de desalojar a las fuerzas del Imperio de tan estratégica posición, pero que no llegó a doblegar a los defensores, pues el Brasil mantuvo esa ocupación. Aún no sabemos si los atacantes llegaron a trabarse en una lucha cuerpo a cuerpo con los defensores en las costas de la Isla, pero es muy probable pues los restos de proyectiles y armas de todo calibre que se hallaron en los terrenos de la misma son reveladores de una intensa actividad militar.
    Este último hecho, que hasta hoy no estaba mencionado en la bibliografía sobre el conflicto y que esperamos confirmarlo con otras fuentes, nos es conocido mediante un cuadro al óleo de autor anónimo, probablemente de origen paraguayo, que se encuentra en el  Museo Histórico Nacional con el título: “Ataque de fuerzas paraguayas a la Isla del Cerrito durante la Guerra del Paraguay”.

Un valioso testimonio histórico.
    Esta obra que constituye un valioso documento histórico de nuestro pasado, muestra el momento en que siete grandes canoas repletas de soldados armados cruzan el río Paraguay en dirección a la Isla desde la costa paraguaya, donde se ve enarbolada la bandera de este país, mientras que en la costa opuesta, o sea en la Isla del Cerrito, ondea la bandera del Imperio del Brasil. A pesar de que el tiempo oscureció en parte los colores de la obra, podemos apreciar que
el artista anónimo se situó imaginariamente en la proximidad de la desembocadura del río Paraguay en el Paraná, mirando hacia el sudeste donde a lo lejos se observa la costa correntina. Las siete canoas tripuladas por soldados armados se recortan a la luz mortecina del amanecer que se refleja en el río, mientras que en el cielo encapotado gruesos nubarrones presagian una tormenta. El autor de esta tela debió conocer el lugar o estar bien informado, pues en la costa y debajo de la vegetación se adivinan las rocas que son características de estas costas del Río Paraná.
    En cuanto a la fecha en que se sitúa este acontecimiento, carecemos del dato preciso, pero estimativamente podemos ubicarlo en los primeros días de abril de 1866 inmediatamente después que Brasil ocupara la Isla y antes de que se produjera el cruce el ejército aliado desde Paso de la Patria, operación que obligó a los defensores paraguayos a retirarse de las fortificaciones de Itapirú.

    Se trata de un nuevo dato histórico que viene a confirmar el protagonismo de la Isla del Cerrito como escenario de esta gran contienda que entre 1865 y 1870 enfrentó a cuatro países hermanos de la cuenca del Plata.

jueves, 18 de septiembre de 2014

GRANDES CACIQUES DEL CHACO III. EL CACIQUE CAMBÁ MUERE EN COMBATE


Un caudillo indígena.
Soldado del Ejército de Línea
en la Campaña del Chaco
    El cacique qom (toba) “Cambá” llamado así por el color oscuro de su piel, fue uno de los caudillos indígenas del Siglo XIX que más ascendientes tuvo entre las tribus guerreras del Chaco y uno de los más temibles en luchar contra las tropas nacionales que querían someterlo. Sabemos que al comenzar las campañas militares en la región chaqueña, tenía sus tolderías cerca de la confluencia del río Bermejo con el Teuco, o bien en las nacientes del río Guaycurú. Ostentaba el carácter de “cacique general”, es decir de tener bajo su mando a otros caciques menores o “caciquillos”, en un número aproximado de 29 con más de 1.000 guerreros. Llegó a poseer sembradíos de maíz y zapallos en las cercanías del Bermejo, y un numeroso arreo de ganado vacuno, los que servían de sustento a las tribus bajo su mando.
     El historiador Alberto D. H. Scunio lo define de este modo: "Cambá (Negro) debe ser considerado como el último de los grandes cacique tobas. A lanza y cuchillo se había impuesto a todos sus congéneres y andando el tiempo había llegado a formar una especie de confederación india, cuyos guerreros impulsados por su valor y ferocidad, habían incurrido en todo tipo de crímenes y atropellos.
Caciques chaqueños con miembros
de una expedición
    Entre sus antecedentes guerreros está el de haber participado en una emboscada en unión con el cacique vilela Leoncito, contra una embarcación que surcaba el río Bermejo a fines de 1875, hecho que costó la vida a casi todos sus ocupantes. El Gobernador del Chaco Napoleón Uriburu marchó con un cuerpo de ejército para recuperar la embarcación y castigar a las tribus atacantes. Cambá le presentó batalla en las riberas del Bermejo pero fue derrotado y debió refugiarse en la espesura de los montes.

Ataque a los obrajes de San Fernando
    A principios de 1876 el Gobernador Uriburu lanzó proposiciones de paz a todas las tribus que se mantenían en pie de guerra. Cambá y otros caciques las rechazaron y lo desafiaron al responderle que lo esperaban con las armas en la mano en las costas del Bermejo. Cuando Uriburu decidió marchar desde San Fernando a castigar a las tribus rebeldes, Cambá, aliado con Leoncito, llevó en el mes de abril un intenso y prolongado ataque contra los obrajes de ese paraje, donde ya se había trazado la Colonia Resistencia por la Comisión Exploradora Foster-Seelstrang. 
    La defensa estuvo a cargo del Coronel José María Ávalos, sus peones armados y un piquete de Guardias Nacionales de Corrientes al mando del Mayor Pedro Quijano, Parapetados detrás de una empalizada de palo a pique que protegía la vivienda del Coronel Ávalos, lograron rechazar el ataque evitando un desastre y el arrasamiento de la población.  Al no poder doblegar a los defensores, Cambá y los suyos se retiraron en dirección a sus escondrijos en el monte.
     La población de San Fernando ya había sido objeto de intensos ataques en el mes de Junio de 1875, y esto motivó a la Comisión Exploradora designar con el nombre de "Resistencia" a la nueva colonia fundada en ese sitio. En cuanto a Cambá, se convirtió en los años sucesivos en una verdadera pesadilla para los fuertes y poblaciones, pues nunca se sometió a las autoridades.


La Campaña de Victorica al Chaco
    Cuando se inició la Campaña del General Benjamín Victorica en 1884 que acariciaba el firme propósito de acorralar y someter por la fuerza a todas las tribus beligerantes, Cambá tenía sus tolderías en la banda sur del Río Salado, en Formosa. Al regresar la columna expedicionaria del Coronel Ignacio Fotheringham, Gobernador de Formosa, de su encuentro con las otras columnas de la expedición en La Cangayé, recibió la orden de someter a los caciques Santiago, Cambá, Yaloschí, y Amigo.

    Herido el cacique Santiago, muerto el cacique Amigo y ejecutado por orden de Fotheringahm en La Cangayé el cacique Yaloschí, sólo quedaba Cambá, quien juró vengar la muerte de este último sobre su propio cadáver, según el testimonio de una cautiva rescatada por los soldados.

    En su libro autobiográfico “La vida de un soldado” Fotheringham describió a Cambá como un indio de talla gigantesca, muy moreno, de forma atlética y con mucho prestigio entre los tobas. El propio jefe de toda la campaña, el General Victorica, había recomendado muy especialmente a aquel militar la misión de derrotar y someter a este cacique.

    El Coronel Fotheringham resolvió no dar tregua a los qom en retirada, y después de su victoria sobre el cacique Amigo, envió en el mes de Noviembre al Mayor Rudecindo Fraga con una columna del 7º Regimiento de Caballería a fin de darles alcance. Este militar debió marchar penosamente en medio de una lluvia intensa y atravesando terrenos anegadizos, donde los soldados marchaban con el agua hasta la cintura y llevando los caballos de la brida, hasta que el día 5 de Diciembre logró tomar contacto con las huestes de Cambá. Al día siguiente fue atacado por las fuerzas de este caudillo, quien sólo buscaba conocer el poder de su adversario, pues volvió a internarse en la espesura de los montes.

El combate final.
Familia qom (toba) junto a su vivienda.
Foto Museo Ichoalay
    El Mayor Fraga contaba con sólo 29 efectivos, pues los refuerzos pedidos se retrasaron por el mal estado de los terrenos en gran parte inundados. Al comprobar su reducido número Cambá decidió atacarlo frontalmente el día 7 de diciembre con una fuerza de 200 guerreros montados y 107 a pie. El propio Fotheringham reconstruyó vividamente en su autobiografía ese combate, en base a los relatos de los soldados:

     “En un abra del monte, rodeado de bosques por todos lados está Fraga y sus treinta… Ojos de tigres humanos les están acechando a través de la selva; los espían y esperan la oportunidad propicia para aniquilarlos… Toma posición conveniente Fraga y su pequeño destacamento. Del monte gritaron `¡ Cristiano canalla! ¡Quinto media vuelta!´, y otros insultos… Descarga tras descarga deja el tendal de escorpiones negros (sic). Alaridos y gritos salvajes, hacen eco en la selva, hasta entonces tan silenciosa. Ayes de moribundos. Y trepidaron. ¡Felizmente! Si no vacilan el número hubiera aplastado al valor. El temible cacique se ha lanzado con sólo cien, dejando a los otros de reserva. Y cayó. En vano llama a gritos a los suyos para que acudan al exterminio de ese puñado de cristianos. Acuden sí, pero para llevarse a los muertos y heridos.”

    Cambá es inmediatamente reconocido por un baqueano llamado “Carayá”, quien se lo señala a Fraga gritando: “Ese, Cambá”. Un cabo de apellido Luna, “un desalmado de cuenta” según el narrador, avanza corriendo hasta el herido ya indefenso y lo ultima a puñaladas. Luego le corta la cabeza y cual sangriento trofeo lo clava en la misma lanza del valiente cacique, “…para que quede bien probado, si es Cambá o no, el que ha muerto.”

    Seguidamente se hizo desfilar a todos los aborígenes ante la cabeza del famoso caudillo para que lo reconozcan y se difunda su muerte entre todas las tribus. Fotheringham, que relató este episodio muchos años después de esta campaña, termina reconociendo el valor del caído, pese a su dureza al calificar a su pueblo de salvaje:

    “La tierra le sea leve al pobre salvaje que, al fin, en su conciencia procedió como digno y valiente jefe de su tribu, rindiendo la vida valerosamente, lo único que tenía, en holocausto a sus convicciones.”


Bibliografía:
 - FOTHERINGHAM, Ignacio. La vida de un soldado. Buenos Aires, Secretaría de Cultura de la Nación - A-Z Editora, 1994.
- ALTAMIRANO, Marcos y otros. Efemérides Nacionales y de la Provincia del Chaco. Resistencia, Yatay, 1988.
- PUNZI, Orlando Mario. Historia de la Conquista del Chaco (2a. Parte). Buenos Aires, Vinciguerra, 1997
- "SCUNIO, Alberto D. H. La conquista del Chaco. Buenos Aires, Círculo Militar, 1972.

sábado, 2 de agosto de 2014

BARRANQUERAS: ORIGEN DE SU NOMBRE







Antigua imagen del puerto Barranqueras






1.   Uno de los primeros documentos oficiales en los que aparece el topónimo “Barranquera” es En la memoria del Gobernador Napoleón Uriburu dirigido al Ministro del Interior del 12 de Setiembre de 1875: “Hablo de la conveniencia de construir un camino que, partiendo de la “Barranquera”o “San Fernando” (Chaco frente a Corrientes sobre la costa del Río Paraná) terminara en Villa Occidental.” No aparece en informes anteriores y la explicación entre paréntesis indicaría que su identificación era reciente.

2.  En el Informe de la Comisión Exploradora Fóster - Seelstrang de 1876, se describe minuciosamente el paraje elegido para fundar la colonia “Resistencia” y se señala que “…en tiempo de una creciente excepcional como la de 1857, aún el punto más elevado de esa costa, que es la barranquera de San Fernando, se inunda…, pudiendo entonces los buques penetrar directamente hasta los obrajes de San Fernando y de la Horqueta para cargar madera.” Este término vuelve a ser usado repetidas veces en el informe: “…a las 11,5 millas de una navegación penosa por las sinuosidades del río [Negro] se llega al puerto de San Fernando, embarcadero de gran cantidad de excelentes maderas que de los obrajes del Centro se traen a él o a la Barranquera.  Más adelante y al referirse a las condiciones para la navegación de buques de gran calado por el Paraná, señala que desde el Arroyo del Rey al Norte  “…hay sólo dos puntos que están en comunicación directa con el Paraná…, el primero es el Puerto de Reconquista y el segundo es el de la Barranquera de San Fernando…”.

 3.  Estos datos están corroborados por el mapa que acompaña al Informe, donde se consignan el Puerto de San Fernando sobre el Río Negro, el curso de este río hasta su desembocadura, el actual “Riacho Barranqueras” con el nombre de “Brazo de la Barranquera”, el sitio con el nombre “Barranquera” donde hoy se encuentra el Puerto, y las barrancas claramente señaladas en el contorno de la costa, desde la desembocadura del Río Negro hasta la altura del actual Puerto Vilelas.

4.  Posteriormente, cuando el lugar comienza a tener más importancia como sitio poblado y no sólo como lugar de embarque de las maderas de San Fernando, el topónimo se simplifica y comienza a ser mencionado en la documentación como “Barranquera”, sin el artículo “la” que lo acompañaba. Es el caso del informe del Administrador de la colonia Resistencia Jaime Sosa  de 1878 donde utiliza ambas acepciones: “El puerto de la Barranquera es en todo tiempo el más cómodo.” Y “Para el servicio del puerto, alojamiento provisorio de los colonos (…) es de mucha conveniencia una casa en Barranquera…



El puerto de Barranqueras actualmente
 5.  Desde el punto de vista lingüístico “barranquera” es sinónimo de barranca y barranco, aunque es un arcaísmo. Su uso era común en la documentación antigua. Así lo señala la escritora Berta Elena Vidal de Battini, (T. VIII Cap. IV de la Suma de Geografía, pp. 406-407) , quien menciona el uso de la palabra “barranqueros”, “barranca” y “barrancos” para describir las costas elevadas de los ríos Paraná y Uruguay en escritos de Rui Díaz de Guzmán (S. XVII), Félix de Azara (S. XVIII) y Alcides D’Orbigny. (S. XIX).

6.  Al principio este topónimo aparece en singular, como “Barranquera” hasta el año 1887 cuando en la Memoria del Gobernador Gral. Manuel Obligado al Ministerio del Interior aparece en plural:   “Existen dos Subprefecturas marítimas en este Territorio: una en ‘Puerto Bermejo’ y otra en ‘Barranqueras”. Este cambio pudo deberse a la intención de abarcar con ese nombre a toda la costa barrancosa de este sector del río y no sólo al punto de embarque.  En los informes posteriores se mantiene este uso,  designando al lugar como “Puerto de Barranqueras” En 1888 se lo bautizó como “Puerto Juárez Celman” en homenaje al Presidente de la República sucesor de Julio A. Roca, pero en 1892 recobra su nombre original. El hecho de que el uso del nombre en singular se mantenga desde su origen y por tantos años, le resta credibilidad a la versión que atribuye a la presencia en el lugar de mujeres lavanderas, “Las barranqueras”, como origen de esta toponimia.

7. Estas referencias documentadas nos confirman que el origen del nombre de la ciudad de Barranqueras, tiene directa relación con la topografía del terreno, en especial de la costa con altas barrancas aprovechadas desde muy antiguo para permitir que buques de cierto calado embarquen las maderas que se extraían en los obrajes de San Fernando. Y no contradicen el informe de los fundadores de la reducción de San Buenaventura del Monte Alto, Fray Antonio Rossi, Agustín Bertacca y Francisco Ristorto de 1864, que denominaron “Barranca de San Fernando” al lugar donde desembarcaron para recorrer la zona y elegir el sitio de la nueva Reducción, sino que confirma que ya en esos años el comercio de maderas de la zona se hacía por ese puerto natural.

 Informe para la Junta de Estudios Históricos del Chaco elaborado el 2 de Agosto de 2014.
Prof. Marcos A. Altamirano. Miembro de Número