miércoles, 13 de abril de 2011

CONCEPCIÓN DEL BERMEJO: PRIMERA CIUDAD HISPÁNICA EN EL CHACO

Expedición española al interior del Chaco
En el corazón del Chaco.
   El asentamiento de los hispano-criollos en el Chaco se inició el 14 de Abril de 1585, cuando el conquistador español Alonso de Vera fundó en su interior la ciudad de Concepción de Nuestra Señora, Concepción de la Buena Esperanza o Concepción del Bermejo, mediante una nutrida expedición que partió de Asunción del Paraguay a mediados de Marzo de ese mismo año. Con una fuerza de 135 arcabuceros, en su mayor parte mestizos, tuvo que hacer frente a la tenaz defensa de sus tierras por parte de las tribus guerreras de la región quienes lo obligaron a librar tres combates antes de arribar al sitio elegido.
Escena de la fundación de
una ciudad en el S. XVI
   Concepción estaba ubicada cerca de la margen derecha del Río Bermejo a unas 30 leguas de su desembocadura en el río Paraguay. Era un lugar estratégico para las comunicaciones entre Asunción y las ciudades del Tucumán y del Alto Perú, y estaba poblado por aborígenes de los grupos étnicos Matará y Guaycurú. La ciudad contó con un Cabildo, cuyo primer Alcalde fue Hernando Arias de Saavedra, primer criollo que accedió años después a la Gobernación del Paraguay y del Río de la Plata, y su fundador la puso bajo la advocación de la Virgen del Rosario.

Antecedentes fundacionales.
    La fundación de esta ciudad en nuestra región respondía a lo establecido en las Capitulaciones del Adelantado Juan Ortiz de Zarate con el Rey de España, y por otra parte se encuadraba dentro del plan fundacional iniciado por Juan de Garay desde Asunción, con la fundación de Santa Fe en 1573 y Buenos Aires en 1580, bajo el concepto de “abrir puertas a la tierra”. Además las autoridades de Asunción buscaban establecer una comunicación segura con las ciudades del Tucumán y del Alto Perú a través del Chaco, y reafirmar su dominio de la región frente a las pretensiones territoriales de los gobernantes de aquella provincia andina.
     La fundación de las encomiendas de Guácara y Matará en 1584, en el interior del Chaco por los vecinos de Santiago del Estero, entre los que estaba Antón Martín un ex compañero de Juan de Garay, convenció a las autoridades de Asunción de que era imperioso adelantarse y ocupar la región  antes que los conquistadores de la Provincia del Tucumán consolidasen su dominio.

Retrato de Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias)
Primer Alcalde de Concepción del Bermejo
Tensiones interétnicas.
    La mayoría de los colonos pobladores eran de origen mestizo, mezcla de españoles y guaraníes, como lo fueron los que poblaron Santa Fe y Buenos Aires. Su base económica se hallaba en el producto agropecuario de los tres pueblos de aborígenes sujetos a encomienda de su jurisdicción: Matará, Guácara y Matalá, a los que se le agregaría en 1622 el pueblo de Hohomas. Estos aborígenes eran de índole pacífica y sus hábitos agrícolas –por la influencia de los pueblos andinos- los hacían aptos para el servicio personal. No ocurría lo mismo con las tribus guerreras del Chaco: tobas, mocobíes y abipones, quienes no aceptaron la intromisión del hombre blanco en sus dominios y se mantuvieron en constante acecho.

Un pleito territorial
   Concepción del Bermejo originó un largo pleito entre las gobernaciones del Paraguay y del Tucumán por la posesión del Chaco. Mientras se resolvía esta cuestión en los más altos tribunales de España, la Corona resolvió provisionalmente mantener la ciudad dentro de la jurisdicción de Asunción. Esto le permitió un relativo progreso pues contaba, en su momento de apogeo, con 100 vecinos o cabezas de familia y varios centenares de aborígenes de servicio, una producción de algodón, maíz, lienzos, cera y cáñamo, y un activo comercio con ciudades del Tucumán y hasta del Perú.
Arcabucero español de la
época de la Conquista
    En 1617 el Rey Felipe III puso fin al litigio territorial al dividir la Gobernación del Río de la Plata en dos: una con capital en Asunción y otra con cabecera en Buenos Aires. Concepción fue incluida en la jurisdicción de esta última, de tal modo que tanto las autoridades de Asunción como del Tucumán perdieron interés en su protección y conservación.

Lenta declinación.
    En esa época se intensificaron las denuncias contra los encomenderos de todas las ciudades hispánicas, por los malos tratos que a manos de éstos sufrían los aborígenes, abusos que también ocurrieron en Concepción del Bermejo. El visitador de la Audiencia de Charcas Francisco de Alfaro, quien comprobara personalmente esos abusos en su recorrida por todas las encomiendas, publicó en 1612 sus célebres “Ordenanzas” que prohibían el sistema de encomiendas y exigían el buen tratamiento de los aborígenes por parte de criollos y españoles. Estas Ordenanzas se aplicaron en Concepción del Bermejo en 1621 y ocasionaron el debilitamiento de la ciudad al faltarle su sostén económico que era el trabajo indígena en las encomiendas, y la lenta emigración de sus pobladores.
    Al percibir esta declinación de su sistema económico y defensivo, los grupos aborígenes no sometidos arreciaron sus ataques, y si en los primeros años la ciudad pudo defenderse eficazmente, en esta última etapa fue cada vez más difícil resistir los continuos asedios. Los pobladores tuvieron que estar permanentemente sobre las armas, y la ayuda desde las otras ciudades llegaba tarde o nunca para conjurar el peligro.

El abandono de la ciudad.

Batalla entre conquistadores y aborígenes
en el Siglo XVI

    Preludio del desastre final fue la destrucción del pueblo de Matará en 1631 y la derrota de la fuerza armada que salió de Concepción para repeler el ataque, con la muerte del Teniente de Gobernador Antonio Calderón y 22 soldados. Los sobrevivientes de este desastre llegaron a la ciudad y alertaron que una alianza de 2.000 aborígenes de distintas parcialidades de guerreros guaycurúes, entre los que sobresalían tobas, abipones y mocobíes se disponía a atacar la ciudad.

Guerrero mocobí según el
Padre Florián Paucke S.J.(S.XVIII)

    Viéndose en inminente peligro, los habitantes de Concepción del Bermejo decidieron abandonar la ciudad en 1632 y dirigirse a la ciudad de Corrientes, en un penoso éxodo a través del monte chaqueño. Los acompañaron una parte de los pobladores indígenas de los pueblos Matará, Matalá, Guácara y Hohomas, que también fueron abandonados. Todos los intentos por repoblar la ciudad, organizados por las autoridades de la Gobernación del Río de la Plata fracasaron, por la encarnizada resistencia de los pueblos originarios del Chaco. Finalmente la Corona resolvió en 1645 disolver el Cabildo de Concepción del Bermejo y declarar vecinos de Corrientes a sus pobladores.

(Extractado de mi artículo: "La ciudad Perdida del Bermejo" en la Revista "Todo es Historia". Nº 224, Dic. 1985, 48-60)

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